A continuación detallaremos cinco pasos importantes a tener en cuenta a la hora de diseñar la portada de un libro:

Paso I: Reflejar la personalidad de tu obra

A pesar de que no es una tarea fácil, la portada de tu libro ha de reflejar la personalidad y los valores de tu obra. Representar de manera gráfica un punto de encuentro entre el lector y la historia que se cuenta. Logrando así lo que podríamos denominar amor a primera vista.

Paso II: La elección de los colores

Tan importante es lo mencionado en el paso I como lo es en la elección de los colores. Elegir un color discordante con la historia contada en tu libro sería un grave error. Cada color se entrelaza con sentimientos y los sentimientos más evocados a través del color son: calma, deseo, poder, alegría, fuerza, pasión y elegancia. Os mostramos algunos ejemplos:

• Azul: es un color que evoca profundidad, seriedad, confianza y solemnidad.
• Verde: es un color asociado a la tranquilidad y sugiere la esperanza, la salud, la paz y el cuidado.
• Rojo: es el color de la pasión, la vitalidad, la excitación, la fortaleza y la agresividad.
• Amarillo: refleja el optimismo, la claridad y la transparencia. También se asocia con la juventud.
• Negro: es el color que la refleja la elegancia y la sofisticación.

Paso III: La elección de la tipografía

La elección de la tipografía para la portada de tu libro es un punto muy importante. Debe ser legible, para que el título sea captado por el lector rápidamente. Adaptarse a la historia o al género literario y utilizar de una a tres tipografías, no más, porque sobrecargarías y eso provocaría inquietud al verla.

Paso IV: Elección de imágenes, texturas y formato

Llegados a este punto y teniendo claro todos los pasos mencionados anteriormente, procederemos a la elección de la imagen o imágenes y la textura de fondo, siempre y cuando así fuera nuestra idea. En el caso de la imagen, debería ser una imagen que causara impacto y captara la atención del lector rápidamente, y por supuesto que reflejase la moraleja de la obra. Si por el contrario decides simplemente una textura de fondo, lo esencial sería que fuera una textura acorde al sentido de la obra. A la hora de elegir el formato, se debe tener en cuenta si va a utilizarse para impresión o para uso digital. En el caso de que fuera para impresión el formato ideal sería PDF. Para uso digital los formatos más conocidos serían JPG y PNG.